Cada instante sin disfrutar de tu presencia,es un segundo tirado al olvido,
mientras por páramos voy caminando,
con los ojos puestos
en quien me va acompañando.
Con la gracia de saberte en mi memoria
despejo dudas sobre lo ya hecho
y de nada me arrepiento
excepto de haberme equivocado de nuevo
recogiendo pedazos que nunca me pertenecieron.
Hay ocasiones,
en que las lágrimas son dulces,
sostenidas por alfileres,
de sentimientos amargos,
sin culpables ni inocentes.
Subir del infierno,
al sentir la libertad de escuchar,
o no, falsos te quieros,
al compás de sus manos y sus besos,
es hora de disfrutar del cielo.
Sin amo, sin dueña,
se encaminan los pasos,
a través de brumas y tinieblas,
sin buscar perdón,
sino llenar el corazón.
Quisé dejar para ese rato de calma que queda al final del día, leerte. Sabía que iba a gustarme y quizá como ha sucedido, sorprenderme. Me ha encantado, hay unos mátices del alma que no logramos ver ni a través de muchas charlas, un día están ahí para mostrarnos otra faceta, otra mirada, ya nos vemos percibiendo a alguien aún más estupendo de lo que nos ha parecido siempre. Lo dijo Nietzche sin música y sin rimas la vida no tendría valor, bravo, un beso.
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