28/2/11

¡Ahora!

Dejando la sorpresa inicial del vagabundo en su elegida soledad,
me maravillo ante lo que me rodea y no he sabido apreciar,
como mirar al cielo y ver que las estrellas siempre estuvieron,
sin dejar de brillar un momento.

No ha habido tormento, fuegos nefastos de un imaginado Infierno,
ni palabras ajenas de desprecio,
fue un momento de vacío interno,
una avalancha imparable de nuevos acontecimientos.

¿Fue abandono?
¡Sí! de mí mismo.

¿Fue despecho?
¡Sí! De no quererme como debo

¿Fue desespero?
¡No! que siempre doy y nada espero.

No existen arrecifes que encallen mis fantasías,
ni sirena que me aleje de mis propias melodías,
sin atar a palo mayor,
manejaré con firmeza de mi vida el timón.

No hay comentarios:

Publicar un comentario