Vueltos los ojos al mundo interior,
sin ganas de descubrir que depara el mañana,
de los recuerdos te asomas a la ventana ,
olvidando que el tiempo pasa.
Enfocando cada segundo,
meciendo los ideales del moribundo,
pierdes el rumbo de lo que es real,
navegando, a tu sentir desleal.
Ojos entornados,
faltos de sueños, llenos de desengaños,
eres ciega por tu terquedad,
por no reconocer tus errores,
por columpiarte en negativas razones.
Es ceguera temporal, deseo,
que el brillo del sol se disipa con la noche,
todas esas voces que te elevan a los altares,
afónicas quedarán ante recuerdos de anteriores amores.
Entorna los párpados,
deja en la oscuridad total tus emociones,
busca con los otros sentidos,
encontrarás la clave de tus traiciones.
Coexisten pasado y presente,
el futuro podemos construirlo de forma consciente,
dejando que no nos engañen los ojos,
dejando que el corazón sea la fuente.
Hay sentimientos que los ojos nunca consegurán ver...
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