Novela erótica por entregas (2ª)

La única guía o plan de la noche consistía en dos acuerdos, uno que cada cual vistiese a su conveniencia tratando sorprender al otro siempre con la idea en mente de que se trataba de una fecha realmente importante para ambos; y el segundo acuerdo, que se sería un "qui pro quo" empezando por ella, que la caballerosidad no tenía nada que ver con la dominación masculina.
Yo temo que, empezando ella, la cosa se alargue y no lleguemos a tiempo a mi "sorpresa", pero es un riesgo que he decidido correr.

Son cerca de las 8 de la noche, por lo que ya está oscuro, siento que  intenta ocultar en su voz que
la pasión comienza a ascender desde el centro de su sexo; se acerca a mí.

— ¿Sabes que me apetecía hoy?- susurras despacito. Mi cara debe reflejar picardía, ante la idea de una nueva "ocurrencia" tuya, no pudiendo evitarlo, surge mi sonrisa canalla que siempre es bienvenida a tu mirada.

— ¿Tigresa o gatita?.- y mis carcajadas asustan a cuatro palomas que se hallan en el lugar.

No me cuentas tu idea simplemente me coges de la mano, una vez más, como unos recién enamorados sonriendo al público en movimiento.Me  dejo llevar mirándote a los ojos con cara de niño travieso.

— ¡Es tu turno!, ¡Tú mandas!.

Bajamos juntos, sin hablarnos, sólo mirándonos con un reto en los ojos; yo expectante con la seguridad de ser nockeado en el "primer asalto". Me conduces hasta el aparcamiento, observando mi sorpresa al ver como un precioso bmw X6 se abre a tu orden.

 — ¡Lo alquilé por horas!.- me explica riendo, ante mi cara de incredulidad- ¡ Me costará una fortuna el alquiler, pero la ocasión bien la merece! - me contestaste todavía riendo por mi reacción.- ¡Te sienta bien el gym.- añades sonriendo pasando tu mano por mi pecho alisando la camisa. Me pareció leer en tus ojos algo así como ... "Sólo imaginarte sudoroso y con poca ropa se me aceleró...todo", adivinando que intuyo tu pensamiento distraes mi atención diciendo.- ¿Te importa conducir a ti, yo te guío, disfruta del paseo, de la brisa nocturna de la ciudad, del aroma a hierba recién cortada de los parques...y de la visión de las mujeres recién estrenada la primavera!.

Abres el techo solar para que entren todas las sensaciones que me habías ofrecido, pulsas el equipo de música del auto, e inmediatamente suena una de mis canciones favoritas..."MY way" de Frank Sinatra.
Me guia a través de calles y travesías sin adivinar que el final del recorrido es, y siempre será un lugar especial, casi maravilloso... el final del espigón del puerto de Barcelona. Un punto entre la ciudad y el mar; sus luces y sus sombras, desde donde si miras al mar,te sientes en mitad del océano y el sonido de las olas rompiendo en las rocas es simplemente embriagador; ninguna música, ninguna canción puede dar la paz que da ese sonido.
Sin dirigirme la palabra, y aprovechando que mi mirada está fija en el techo abierto del auto,
mirando las estrellas, intentando ver en qué lugar del firmamento estaba la luna, susurré:

— ¡No recuerdo si está llena, creciente o menguante!- No ví tu movimiento, tu cara acercándose a mi
entrepierna, sólo me percaté de tus intenciones al sentir tus manos bajando la cremallera de
mi pantalón; sin embargo,  mi miembro, que en muchos momentos tiene vida propia si percibió al instante tus intenciones, y antes de que puedas rescatarlo de las profundidades de esos boxer que me quedan tan y tan sexys,según tú, ya está erecto, ya desea sentir tus labios, la humedad de tu boca y las caricias de tu lengua.
En más de una ocasión me has dicho que... "Me gusta pensar que reconoce que soy yo antes de que la roce, antes de que la caliente con mi aliento, antes de que le susurre cuanto me gusta tenerla entre mis labios, antes de que le agradezca a ella, y sólo a ella, tantos momentos de pasión sin limites que me proporciona"; aunque ya explicaste en su  momento que se trataba únicamente de picarme haciéndome creer que el resto de mis acciones no servían para nada, y recuerdo mi contestación.."para que luego digan que el hombre piensa exclusivamente con...jajajaj"

La lame de arriba a abajo y le susurra cosas, mientras la saca de su boca para seguir deleitándose
con su imagen, al menos eso me parece a mí.

— ¡ Eres enorme!, ¡me encantas!, ¡estás deliciosa!, ¡eres como un postre dulce y rico que no quiero que se acabe, es gula y tendre que pedir perdon! .- estas frases no sé bien por qué, pero seguro que no me arrepentiré.