23/5/11

Entre la ida y el adiós



Navego en las brumas de nuestras disputas,
arrecifes que hirieron nuestro casco,
unos evitables y otros, inexistentes,
dime que recuerde los vaivenes,
por el viento del grito,
la aflicción para ambas proas, al chocar con las olas.

Te puede el olor salino transformándolo en dulce dolor,
reconociendo en las brumas los entresijos,
recordando cosas que no sentimos, pero dijimos,
y los cantos de sirena nos serán ajenos,
pues su paraíso es un espejo roto por los aullidos de los lobos al viento.

Errantes como Ulises retornando a Ítaca,
no tropezamos con coralinos obstáculos,
sino con envidias de rechazados enamorados,
que acabaron con nuestras cabezas en estacas.

Nuestra cordura apedreada, 
semejaba ondas que en la mar se difuminaban,
mientras, Dios o Leviatán nacía de sus entrañas.

Dejemos la razón a los marinos vivientes,
hagamos de nuestro amor, un ser independiente.

Fundámonos en un abrazo...Impenitente.

1 comentario:

  1. Pues si abracemonos ejee, vaya con la musica eh me encanta!!
    Un abrazote

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