5/10/11

Ese beso!


Un beso entre muchos, placenteros y sinceros,
empezó como tantos, con la mirada saboreando,
y el erizarse del vello con un roce de las manos,
cielo o infierno lo iremos averiguando.

Paseó delicadamente por grietas de calor atrayente,
de humedales con sabor a mieles,
en esos labios solícitos que no piden aranceles,
sabiendo que todo acabará agridulcemente.

Más tarde se unieron los míos,
como dos muros que la pasión contienen,
marcando los límites del amor, todavía, inconexo,
sin buscar en ello, sexo.

Succionó mi alma la tuya,
entregándote a cambio la totalidad de mi persona,
para seguir devorando con fruición tu boca,
 .

Aumentó tanto nuestra temperatura,
tanto fue el control de nuestra compostura,
siendo la fiebre reflejo fiel,
latieron nuestros corazones como un cascabel.

Y el beso, ese beso...
solitario, pues no hubo más devorarnos,
marcó para siempre su huella en las arenas del recuerdo.

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