Te escucho cuando te miro,
no es el capricho del viento quien guia tus movimientos,
si no tus ganas de enfatizar con gestos,
toda la carga que llevas dentro.
Te miro al leerte,
sabiendo cuando bromeas y cuando mientes,
tus dedos son una danza,
de tus prisas por callar lo evidente.
Así el mecer de las olas,
tus manos van y vienen asemejándose
y sibilantes tus silenciosos labios,
ensoñaciones van cavilando.
Es el fruncir de tu ceño,
una mueca de disgusto,
un reír casi histérico,
es lo que me habla, tu oscilación.
Son las comas, los puntos y la presión,
el énfasis de las palabras con intención,
y esos paréntesis que esconden la realidad del corazón.
Es, amiga, cuando te miro que te escucho,
sintiendo, como con el vibrar de los astros, tu pulsión,
que más estrechamente me uno a tu comprensión.
Confio demmasiado en las personas sin saber por qué
ResponderEliminarhubo un tiempo creí equivocarme al elegirte como amigo ,pero el tiempo me dió la razón eres un buena persona y un buen amigo que sabe escuchar y aconsejar.
Agradezco tus palabras por la parte que me toca un placer leerte gracias a ti también por tu comprensión . Un abrazo grandote amigo mio
Y a veces, aun empeñandonos en comprender...... llegamos a entender menos.
ResponderEliminarPero cierto! un placer leer..
Te escucho cuando te miro... es por eso... que un cruce de miradas puede decir más de mil palabras... de besar... de sentir... de soñar... tan sólo una mirada... Escuchar los silencios es hermoso... y más cuando son iluminados por unos ojos...
ResponderEliminarUn placer... el mio como siempre...