Una vez más, volvía a estar en Mumbai, una ciudad de la India, a la cual ya había acudido en varias ocasiones como cooperante de una ONG; seguían siendo los mismos paisajes ciudadanos, pobreza por doquier, niños jugando en las calles, un ritmo... casi de latidos de corazón, sin prisas, ir y venir de mujeres,hombres, niños, pero siempre rítmicamente. Pero este año no sería igual, eran fiestas navideñas, dejó atrás a familiares y amigos, cuando uno se compromete debe ser consecuente hasta el final, lo cual no aligeraba la tristeza que sentía en sus adentros.
Apenas le había dado tiempo a vaciar las pocas cosas que había llevado, enseguida la habían requerido para una urgencia, un crío con un ataque de apendicitis galopante, tan galopante que al abrir se dieron cuenta de haberle ganado la carrera a una peritonitis. A eso le siguieron varios partos, uno de ellos de gemelos, una amputación de una pierna por una gangrena, y varias atenciones casi irrelevantes en su país de origen -España- pero que en Mumbai representaban el estar a un lado u otro del río custodiado por Caronte.
Los compañeros habían preparado una pequeña cena de Navidad compuesta de sopa de pasta, unos pedazos de carne bien sazonada , que para eso estaban en el país de las especias, y un dulce típico de la India de algo llamado mawa y mango. Resultó de lo más acogedor y, por eso mismo, la añoranza que sintió fue mayor cuando se empezaron a entonar villancicos. En cierto momento se sintió tan apesadumbrada que salió del recinto y se puso a pasear. Miró el cielo, el mismo que debían estar compartiendo sus seres queridos, se preguntó de qué estarían hablando en ese momento, si le dedicarían un pequeño recuerdo, si... se sentía apesadumbrada en exceso, lo cual no tenía mucho sentido, después de todo, estaba en Mumbai por voluntad propia, había conseguido que la vida avanzara para unas cuantas personas...
-Desde luego, no tiene mucho sentido, debería sentirme feliz de poder echar una mano a alguien...
Sin pensarlo demasiado y como el hábito que era, sacó un cigarrillo y lo encendió; la llama del encendedor iluminó a una muchachada que estaba en silencio tumbados en el suelo mirando el cielo.
-!Hola¡¿Cómo es que no estáis con la familia?
Eso fue suficiente para que volvieran de sus ensoñaciones el grupito de criaturas, y estuvieron un buen rato, hasta rozar el alba, conversando, con risas, algunas canciones y sonrisas amplias cuando después de una ausencia, ella regresó y compartió con ellos su ración de turrón.
Ya en el camastro, al que no hacía falta acostumbrarse pues cuando se tumbaban estaban tan rendidos como para darse cuenta de su rigidez, y poco antes de cerrar los ojos, resonaron unas frases en su cabeza...
"La cosa es, सुश्री -señorita-, que poco importa si están lejos o cerca, muertos o vivos, si nos apenaron o nos alegraron, si nos regalaron o nos evitaron, la cosa es que están en nuestros corazones y nos acompañan mientras estemos en este camino que se llama vida. ¿Así que por qué apenarnos?.
Publicar entrada!Feliz Navidad y un año 2012 pleno de sentimientos y vivencias¡
Yo la entiendo. Decidir o disciplinarte para hacer algo no significa que no anheles otras cosas. Está allí después de todo. Ofreciendo lo mejor de si misma.
ResponderEliminarLo que si es verdad es que llevas a todos los que has querido, te han querido, los que han pasado por tu vida para bien o para mal siempre contigo. Un abrazo.
Gracias , los mismo deseos para ti! (con sonrisa inclida)
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