Me he levantado pensando si hoy era el día.
Frente al espejo mi sonrisa parecía escondida, me he dado cuenta de las ojeras, de unos ojos lacrimosos que me interrogaban, aunque no he conseguido escuchar la pregunta pues mis oídos estaban... simplemente no estaban.
Un cosquilleo continuo parecido al del cansancio más extremo me ha recordado que estaba vivo y entonces mis ojos han brillado por un instante frente a mi yo reflejado.Mi mente ha empezado luchar desde ese instante contra el arrastrar de pies, contra los hombros encorvados hacia delante, contra la mirada automatizada... .
Empieza mi maquinaria de superviviente a funcionar y en mi cabeza se forjan frases que parecen grabarse en mi retina para que se me hagan más evidentes... "Siempre he sido positivo, siempre he mirado a los ojos a la gente incluso cuando dije una mentira piadosa. Las traiciones me han dolido durante mucho tiempo, pero inexorablemente las he enterrado poniendo una lápida que me recuerde cual fue la traición, después de todo... somos quienes somos por nuestro pasado concreto...". Parece funcionar, pero mi sonrisa habitual apenas si es una mueca.
Mi "yo" superviviente comienza a dejar espacio a mi "yo" práctico, y éste empieza a realizar cálculos y a barajar variables... . Yo, que soy adalid del equilibrio entre razón y sentir... Yo, estoy en un pozo cavado por mi mismo del cual, no obstante, lucho por salir; sim embargo, está tan bien construido que no veo la manera de escapar.
Y es en este momento de cambio drástico cuando me doy cuenta de no haber hecho nunca lo que realmente he querido hacer, me he dejado llevar por la inercia o por lo que era "correcto" y "práctico".
Estoy cansado de luchar contra molinos de viento, de creer en las utopías, me gustaría... ; ni oso verbalizarlo porque aún siendo de los que creen que cuando se materializan nuestros demonios mediante palabras estos pierden fuerza... soy consciente de que mi naturaleza no se dejará doblegar y seguiré siendo -usando palabras de una amiga mia- "El niño que se subió a la luna y no le gustó lo que veía desde arriba"
El problema de los pozos, es que llega un momento en que no son capaces de contener nada por muy bien construidos que estén. Miento, pueden darse las dos opciones, que acabes tapando la boca del pozo para no anhelar lo que pueda haber más allá y decirte a ti mismo que no es que sea estrecho, es que es acogedor, seguro. O pueden desbordarse con tal fuerza que ni el brocal mejor construido resista. El problema en ese caso es el control de daños.
ResponderEliminarSonríe, aunque te cueste. Quizá lo bonito es la luna y no lo que se ve desde allí.
Besos