Con las ganas del sediento de días,
con la insatisfacción del sabio,
así buscan en tu fuente mis labios,
contra la sal chocando para no ser saciado,
Contra el acantilado de tus nalgas,
libra mi bajel la salvaje batalla,
con los sentimientos como cañones,
contra tu rendición exhausta.
Contra las zarpas de mis manos,
se oponen tus senos con firmeza,
con la segura sapiencia,
contra mi cierto desespero.
Con el reflejo en tu cristalino,
de los trémulos climax compartidos,
con la paz conseguida y satisfecha,
Contra mi pecho descansas tu testa.
(Hubo otro "Con-Contra" antes)
Con la dulzura de tus palabras cercanas,
las heridas antiguas quedaban cerradas,
Contra recuerdos cercenados por el olvido,
rompen las olas de mis ojos.
Con la impavidez de un Adiós sentido,
cual roca queda mi rostro... sin ánima.
Contra las ganas de gritar... la cordura,
buscando un sentido al camino desaparecido.
Contra los estertores de una muerte en vida,
de creer, nuevamente, que uno es el problema,
con la inquietud de ser marioneta,
desconociendo la realidad completa.
Con los pedazos por recoger, por la desgana,
de quién luchó con fuerza, con el alma,
contra ese silencio brusco nada puede,
o tal vez si, descubrir las cartas.
Con la seguridad de ser ella la de dos caras,
jugué a descubrir esa oscuridad que ocultaba,
contra todo pronóstico se adelantó con ganas,
dejándome tendido y...
con la cara hundida contra las lágrimas.
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