Había llenado la bañera con agua caliente, me había desnudado y sumergido en ella. Lo tenía todo a punto para irme a dónde fuera que se va el alma cuando abandona la máquina que la sustenta, pero el pulso me temblaba, aparte del agua, por mi frente resbalaba un sudor frío, me preguntaba si valía la pena y llegó la respuesta en forma de...
Fechas. Dibujadas en el remolino del agua... 2013, 2014, 2016, 2018.
Frases. Leídas en el vaho del espejo que tenia enfrente y oídas en las aspas del ventilador que renovaba el aire del aseo.
Una fotografía. Proyectada en la cuchilla de afeitar que sostenía en mi mano.
Así que salí, me vestí y sentándome en el sillón, que había encarado hacia la puerta, esperé y esperé, hasta que la luz de la tarde murió, como debí haberlo hecho yo, y no encendí la luz; la encendíó ella al entrar y darse un susto casi de muerte al verme. En parte por el susto, en parte por la sorpresa, no dijo ni mu, de manera que yo fuí quien habló:
"Quiero el divorcio".-dije.
Ella se limitó a mirarme sin rubor, sin pena, sin enfado... como ajena a la situación o que no le importaba lo más mínimo... "¿Qué me das?".
Sonreí, más porque a esas alturas mi dolor interior era mayor que lo que pudiese decirme.
- Te voy a contar una historia - dije.
Empezó a moverse por la casa dejando el bolso, colgando el abrigo... como si yo estuviese recitando un monólogo para otra persona.
- 2013, pillan en una infidelidad, o intento, a Roberto, y tu amiga del alma lo envía a casa de sus padres, en Sant Feliu, unos días, para que piense si se queda, se va o lo que se le ocurra - ella se detuvó en seco - curiosamente meses más tarde empieza una cruzada para hacerte creer que te soy infiel, con llamada de teléfono incluida, en la que por suerte para mi, estaba presente y me preguntas, no te gusta la respuesta e insistes e insistes día sí, día no; de manera que no gustándote mis respuestas porque siempre es la misma (no había otra real), pasas prácticamente el 2014 en casa de tu amiga que sigue estando con el marido, todas las tardes de lunes a domingo y yo en casa preguntándome si esa pareja tendrá vida privada contigo de por medio, o quizás si, si es contigo "en" medio - te sientas tratando de aparentar curiosidad, como si la historia fuera totalmente inventada, pero tu manera de cruzar las piernas y de mover los pulgares haciendo "puñetas" te delatan- 2016, enorme beso con guiño al marido de tu amiguisima durante un carnaval. ¿Sabes? -y por primera vez la miré directamente - Hacía años que a mi no me dedicabas una sonrisa así, sigo... posteriormente veo una fotografía en la cual el contorno de tus labios está enrojecido, algo que sólo te pasaba cuando te besaba apasionadamente teniendo barba de un día. ¿Y dónde es la foto? Es un concierto al que habeis asistido tres personas, tú y la "parejita". Y ya termino, 2018 en dos conversaciones distintas con Roberto me dice..."yo ya sólo quiero tranquilidad", cuando no le he preguntado nada, cuando únicamente me he acercado a regalarle una botellita de crema de café; y en la segunda, que le pregunto abiertamente sobre la foto, sin decirle a qué podía ser debido me dice "Yo no le he comido los morros" e insiste (a pesar de que sólo quiero saber como le va en su nuevo trabajo) en que eres una buena chica y no has tenido ningún rollo. - Hago una pausa, te mueves de un lado a otro, nerviosa; silenciosa, esperando que te dé la estocada final, pero no, mi intención no es el reproche, sólo la exposición de hechos y si te remuerde la conciencia (si la tienes) como consecuencia de tus actos hacia alguien que jamás te hizo daño a sabiendas, es cosa tuya - No tienes que contarme tu versión, y no es el motivo tampoco de pedirte el divorcio. La historia no me interesa y los por qués no me los dirás, así que... -me levanto despacio- "Cuando la desconfianza entra por una ventana, por otra sale el amor". Me giré como quien no quiere la cosa... "A tu pregunta de qué te doy; lo que considero justo, la mitad de todo y seguir sin guardarte rencor".
Ella se limitó a mirarme sin rubor, sin pena, sin enfado... como ajena a la situación o que no le importaba lo más mínimo... "¿Qué me das?".
Sonreí, más porque a esas alturas mi dolor interior era mayor que lo que pudiese decirme.
- Te voy a contar una historia - dije.
Empezó a moverse por la casa dejando el bolso, colgando el abrigo... como si yo estuviese recitando un monólogo para otra persona.
- 2013, pillan en una infidelidad, o intento, a Roberto, y tu amiga del alma lo envía a casa de sus padres, en Sant Feliu, unos días, para que piense si se queda, se va o lo que se le ocurra - ella se detuvó en seco - curiosamente meses más tarde empieza una cruzada para hacerte creer que te soy infiel, con llamada de teléfono incluida, en la que por suerte para mi, estaba presente y me preguntas, no te gusta la respuesta e insistes e insistes día sí, día no; de manera que no gustándote mis respuestas porque siempre es la misma (no había otra real), pasas prácticamente el 2014 en casa de tu amiga que sigue estando con el marido, todas las tardes de lunes a domingo y yo en casa preguntándome si esa pareja tendrá vida privada contigo de por medio, o quizás si, si es contigo "en" medio - te sientas tratando de aparentar curiosidad, como si la historia fuera totalmente inventada, pero tu manera de cruzar las piernas y de mover los pulgares haciendo "puñetas" te delatan- 2016, enorme beso con guiño al marido de tu amiguisima durante un carnaval. ¿Sabes? -y por primera vez la miré directamente - Hacía años que a mi no me dedicabas una sonrisa así, sigo... posteriormente veo una fotografía en la cual el contorno de tus labios está enrojecido, algo que sólo te pasaba cuando te besaba apasionadamente teniendo barba de un día. ¿Y dónde es la foto? Es un concierto al que habeis asistido tres personas, tú y la "parejita". Y ya termino, 2018 en dos conversaciones distintas con Roberto me dice..."yo ya sólo quiero tranquilidad", cuando no le he preguntado nada, cuando únicamente me he acercado a regalarle una botellita de crema de café; y en la segunda, que le pregunto abiertamente sobre la foto, sin decirle a qué podía ser debido me dice "Yo no le he comido los morros" e insiste (a pesar de que sólo quiero saber como le va en su nuevo trabajo) en que eres una buena chica y no has tenido ningún rollo. - Hago una pausa, te mueves de un lado a otro, nerviosa; silenciosa, esperando que te dé la estocada final, pero no, mi intención no es el reproche, sólo la exposición de hechos y si te remuerde la conciencia (si la tienes) como consecuencia de tus actos hacia alguien que jamás te hizo daño a sabiendas, es cosa tuya - No tienes que contarme tu versión, y no es el motivo tampoco de pedirte el divorcio. La historia no me interesa y los por qués no me los dirás, así que... -me levanto despacio- "Cuando la desconfianza entra por una ventana, por otra sale el amor". Me giré como quien no quiere la cosa... "A tu pregunta de qué te doy; lo que considero justo, la mitad de todo y seguir sin guardarte rencor".
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