Queridísimo Amigo Lluis:
(Estoy sonriendo ante el anacronismo que he empleado de inicio del mail). Ahora se ponen emoticonos queriendo con ello dar una idea más clara del estado de quien escribe lo que sea, cuando lo cierto es que en muchas ocasiones ponen los emoticonos tratando de dar la imagen que quieren dar; enfadados cuando están riéndose a mandíbula batiente, etc... . Estoy divagando, en realidad quería contarte que llevo tiempo dándole vueltas a pedirle el divorcio a Luisa. ¿La quiero? Desde luego. ¿Hay otra? claro que no... Entonces ¿cual es el motivo? te preguntarás; pues algo tan antigüo como cualquier otro sentimiento, la desconfianza, no se puede vivir sintiendo constantemente unos ojos que sospechan sobre uno, preguntas llenas de reproche y no de curiosidad, acusaciones de traiciones futuras; y sin embargo... La quiero.
Como me he puesto verdaderamente serio y sintiendo una inquietud interior exagerada, prefiero dejarlo aquí; espero entiendas mi ausencia en las últimas cenas de antiguos alumnos.
Gracias por tu paciencia.
Tuyo afectuoso, Pedro.
Apenas habían pasado cinco minutos cuando recibí un mail respuesta de Lluis.
Chavaaaaallllllll, ¿Qué me dices? ¿Crees que me extraña? No voy a entrar en comentar lo que pienso o he pensado sobre Luisa. Sin embargo, te digo... actualiza tu escala de valores. Ya sé que piensas que tu esencia es una y debes ser coherente con ella, de manera que te voy a explicar a lo que yo he llegado. ¿Sabes qué? que no te cuento nada, sabiendo como sé que eres muy ordenadito, te enumero cosas y así tenemos la excusa perfecta para vernos sí o sí; que no viviendo a cuatrocientos mil kilómetros uno de otro me resulta tonto estar "hablando" por correo electrónico. (Ahora sonrío yo, que eso de "correo electrónico" es demasiado "Out").
1- Rosa y yo seguimos casados pero nos permitimos tener "aventurillas", o incluso tríos - eso sí contando con el otro- siempre que se esté en casa a la hora de la cena. (Sonrío).
2- También podemos entrar y salir de casa sin contar con el otro con la condición de tenernos informados.
3- Cada cual maneja sus ingresos aunque las facturas se pagan a medias.
4- Diversos cambios en la forma de lidiar con las cosas cotidianas.
5- Otros arreglos jugosos que dejo en el tintero para obligarte a quedar, que eres tan curioso que seguro te obligas.
Uno que sin estar lo es. Amigo, digo. Lluis.
(Estoy sonriendo ante el anacronismo que he empleado de inicio del mail). Ahora se ponen emoticonos queriendo con ello dar una idea más clara del estado de quien escribe lo que sea, cuando lo cierto es que en muchas ocasiones ponen los emoticonos tratando de dar la imagen que quieren dar; enfadados cuando están riéndose a mandíbula batiente, etc... . Estoy divagando, en realidad quería contarte que llevo tiempo dándole vueltas a pedirle el divorcio a Luisa. ¿La quiero? Desde luego. ¿Hay otra? claro que no... Entonces ¿cual es el motivo? te preguntarás; pues algo tan antigüo como cualquier otro sentimiento, la desconfianza, no se puede vivir sintiendo constantemente unos ojos que sospechan sobre uno, preguntas llenas de reproche y no de curiosidad, acusaciones de traiciones futuras; y sin embargo... La quiero.
Como me he puesto verdaderamente serio y sintiendo una inquietud interior exagerada, prefiero dejarlo aquí; espero entiendas mi ausencia en las últimas cenas de antiguos alumnos.
Gracias por tu paciencia.
Tuyo afectuoso, Pedro.
Apenas habían pasado cinco minutos cuando recibí un mail respuesta de Lluis.
Chavaaaaallllllll, ¿Qué me dices? ¿Crees que me extraña? No voy a entrar en comentar lo que pienso o he pensado sobre Luisa. Sin embargo, te digo... actualiza tu escala de valores. Ya sé que piensas que tu esencia es una y debes ser coherente con ella, de manera que te voy a explicar a lo que yo he llegado. ¿Sabes qué? que no te cuento nada, sabiendo como sé que eres muy ordenadito, te enumero cosas y así tenemos la excusa perfecta para vernos sí o sí; que no viviendo a cuatrocientos mil kilómetros uno de otro me resulta tonto estar "hablando" por correo electrónico. (Ahora sonrío yo, que eso de "correo electrónico" es demasiado "Out").
1- Rosa y yo seguimos casados pero nos permitimos tener "aventurillas", o incluso tríos - eso sí contando con el otro- siempre que se esté en casa a la hora de la cena. (Sonrío).
2- También podemos entrar y salir de casa sin contar con el otro con la condición de tenernos informados.
3- Cada cual maneja sus ingresos aunque las facturas se pagan a medias.
4- Diversos cambios en la forma de lidiar con las cosas cotidianas.
5- Otros arreglos jugosos que dejo en el tintero para obligarte a quedar, que eres tan curioso que seguro te obligas.
Uno que sin estar lo es. Amigo, digo. Lluis.
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