Tú, con tu mente laberíntica,
con la belleza de un jardín entre otoño y primavera,
vestida con prendas sin época,
sales por la puerta seguida de mis ojos.
Ausencia, por el silencio sentenciada,
dudas provenientes de mi preocupación,
tu bienestar no depende de mi,
me divido en dos,
salgo tras de ti, o no.
Provoca malas intenciones,
la mente que imagina,
que nada en tus andares,
invita a hacer malabares.
Mi corazón cabalga, se desboca,
imaginado mil pesares,
tu ser no incita ni solicita,
mis pies a la salida se encaminan.
Ceguera temporal,
ausentes los celos no me traicionan,
la preocupación es la cadena,
seguridad en ti es lo que me libera.
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