Mirando tu caminar grácil,
como te sientas despreocupada,
como te unes a mi, amada,
salvajemente ágil.
Insinúas desvanecerte por la puerta,
cuando creo tenerte más cerca,
"vuelve aquí, no seas terca"
me acaricia tu mirada al dar la vuelta.
Coraje tienes cual Viriato,
la emprendes a besos
engañan las curvas de tus años,
en el segundo asalto.
Insisto en el trato amable,
entre mis brazos y en susurros,
de nuestro envejecer juntos,
asintiéndo de manera razonable.
En el preludio de la primavera,
buscaremos nuevos caminos,
entre lo que somos y fuimos,
descansando bajo una olivera
Locos por avanzar en nuestra relación,
la ternura se basa en pequeñas locuras,
reimos sin cesar ante ideas oscuras,
retomamos de nuevo la concentración.
Otrora, fuimos egoistas,
pensamos en nuestra falta de caricias,
olvidándonos de las rencillas,
un perdón a tiempo crea nuevas fantasias.
Anticipemosnos a las trampas que construimos,
volteemos el mundo,
abandonemos el principio de que hay un primero y un segundo
jugando sin reglas pues somos jueces y verdugos,
Mantengamos el fuego ardiendo,
de sonrisas, sollozos y desatinos,
dejemos que los sentidos sean mudos testigos,
mientras nuestras respiraciones acompasan el ritmo.
Anímate!
descalcemos nuestros sin sentidos,
corrijamos los errores cometidos,
!amame, amate¡
No dejemos que las brumas nos oculten,
como agua cristalina para el otro debemos ser,
aunque como árboles nos cueste crecer,
guardemos de confianza un retén.
Tras cada deslizarse de nuestros labios,
por la piel del otro sin desmayo,
recorreremos sin mirar de soslayo,
nuestros cuerpos entrados en kilos, entrados en años
Enamoremosnos de nuevo,
con cada tropiezo, con cada alegría,
dejando que sea la vida,
testigo de nuestro amor longevo.
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