haciendo mías cada una de tus sonrisas,
los pensamientos extraídos al azar sin más,
acercan lazos de amistad.
Pensar en cada una de las frases,
esas sin importancia que lanzamos al aire,
navegantes de minutos perdidos,
serán nuestros silencios socorridos,
cuando hartos de hablar,
pongamos en acción los otros sentidos
Pedacitos de horas como monedas de Judas,
doradas, valoradas y en público vilipendiadas,
retuercen nuestras conciencias,
pagadas por nada,
que la amistad no entiende de pagos,
cuando es a cambio de falsos halagos.
Fragmentos temporales convertidos en agradables detalles
de gestos inconscientes,
de miradas furtivas,
de compartir bromas e inexistentes caricias.
Retazos de tiempo a nuestro sentir moldeados,
buscando la luz en los malos ratos,
como un túnel que puede tener, o no, salida al otro lado.
No te pago con retales de horas,
el tiempo siempre es aprovechado,
cuando uno se siente escuchado.
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