El inconstante vibrar de las cosas queridas,
sonetos muertos naciendo de un alma herida,
odas de sucesos no acontecidos,
poetizar por gusto, por resaltar de lo feo lo bello.
Se cruzan las ondas de palabras hermosas con el teclear a deshoras,
intenciones de agradar a pesar de estar en la inopia,
colocando las piezas del puzle imaginativo,
lleno de pasión, amor, cariño.
Podría seguir horas y horas,
buscando palabras de melodiosa ternura,
retocando aquello que no me gusta,
para encontrar un motivo de no ruptura.
Ausentes mis comentarios,
en tu presencia de cuerpo y mente,
vagan mis ojos por la estancia iluminada,
tropezando con recuerdos en forma de lámparas.
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