Temblorosos mis dedos no quieren escribir,
miedos, recelos, situaciones que se ven venir,
poniendo barreras que de nada han de servir,
por evitar tormentas absurdas,
de palabras no meditadas,
de actos obligados, nunca deseados.
Escalofriantes destellos de lucidez,
cuando el frío amansa el volcán de mi embriaguez,
y el humo hace de cortina de baño a mis lágrimas,
unicornios y seres fantásticos,
productos de mis pesadillas,
demasiado control a mis ángeles profanos.
Temperatura elevada y trabajo están reñidos,
pese a todo, aquí estoy sin caer rendido,
antes me derrotan los sueños no cumplidos,
por no luchar o por no hacer lo que debo.
Amar, desear, vivir, respirar.
pues sin que sirva de precedente.... SI.
ResponderEliminar