Se le da importancia a lo raro de encontrar,
ya sean diamantes, venenos o locos de atar,
pero nadie valora la esencia,
sino poseer lo que otros no quieren ni prestar.
Locos de atar, no observadores sino de la vida libadores,
cuerpos envejeciendo de alma noble, infantil, curiosones,
trascienden, épocas, hipócritas valores,
no juzgan, son felices sin dominantes tutores.
Destellos de luces, son los diamantes,
excepto para romper o adornar pocas son sus utilidades,
aún con todo, de deseo se hallan arropados,
tanto como cuestan, de sudor, lágrimas y mil guerras salpicados,
no dejan de ser piedras, recogidas en el campo.
Esencia traidora, de los venenos se necesitan pocas gotas,
tan nimia cantidad que en las palabras los puedes encontrar,
en las miradas de soslayo, en el engreimiento, en tantos lados...
así sucede que los hombres poco a poco unos a otros se van matando.
El Amor, hacedor de desdichados cuando no se conoce,
enriquecedor de almas cuando de él hay derroche,
hace señor del mundo a quien lo "posee",
(aunque es tan frágil si se posee que ni mención merece)
mientras quien lo cuida lo goza con creces.
¡Cuidaos de los extremos!, que no ha parido madre ser humano ajeno a lo bueno y lo malo,
que en goce y en derroche hay que ser equilibrado,
de lo contrario esperan carroñeramente, noches de insomnio y muchos llantos
lo eterno y lo infinito...... el interés del ser humano por lo duradero y bello.
ResponderEliminarY sí, también pulverizado puede ser veneno.
Nuestra esencia, es tan sólo éso! intentar destruir, otros crear, lo mejor de todo, es la libertad para elegir; con locura o realmente cuerdos.