A pecho descubierto nuestras emociones se enfrentan a la batalla,
lentos golpes de tambores aumentan la tensión,
no es para menos amor, vaticino una cruenta lucha de dos,
brazos, piernas, poemas y pasión.
Bajas tu mirada buscando senderos o debilidad en mis defensas,
tus manos cambian de posición para hacer prisioneros
sin percibir que mis guerrillas ya te tienen subyugada con fresas.
y te debates entre replegarte o abandonarte a los fuegos.
Tambores que aceleran su ritmo, al ser atrevido besando tu ombligo,
y aunque el fuego vive en los alrededores contengo mis embites,
ante tu arma secreta, tu alma desvistes,
la luz cegadora, expresión de tus intenciones,
consiguen una tregua mas no el final de las hostilidades.
Coronando las colinas, centro neurálgico,
la trémula tierra que aprisiono aumenta la temperatura,
se desborda el agua de tu fuente divina,
mientras el general en solitario se adentra impío,
vencer a toda costa, sin someterte,
uniendo nuestras fuerzas por un mismo objetivo.
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