Cual Lope me retaron sin vacilar,
un poema a una desconocida,
sin tema claro para mi huida,
debía construir sin ver al pintar.
Imagina, imaginando tema no hallo,
me burlo de mis musas inconstantes,
se rien a carcajadas, mas vacilantes,
pero ni me amilano ni me avasallo.
Temas hay tantos como hay humanos,
desde el amor mas desinteresado,
al erotismo duro y sin besamanos.
Termino este soneto improvisado,
sabiendo que contar versos está en mis manos,
pero prefiero empezar de nuevo, acompasado.
Pensemos que nos conocemos,
que hablamos de la vida sin usar versos,
aunque la poesía no sólo se esconde tras tus pupilas,
sino incluso en la respiración de quien nos es ajeno.
Paréceme un sinsentido hablar de alguien sin haberlo conocido,
mas del sol callado amigo, poetizo sin reparo.
que no es tanto de quién sino lo que hablo.
Que los sentimientos puestos en otras bocas,
son frutas deseadas y golosas,
y las lágrimas y los estertores,
puestos en otros, antes fueron nuestros dolores.
Déjame dedicarte un pensamiento,
lo lanzaré como quien no quiere la cosa al viento,
mas sentirás como dardo su punzada,
cuando te importa demasiado lo que de tí hablan.
Siente lo que pasa por tu alma,
así sabrás que otros también pueden entender lo que hablas,
y arrincona lo que dicen, que no siempre, con lo que sienten coincide.
No hay comentarios:
Publicar un comentario