Podría escribir como el poeta, que la noche es inmensa sin ella.
Podría escribir mis añoranzas y lamentos pero nada cambiaría, aún teniendo por un instante sus besos.
Podría transformar en una Diosa el recuerdo de su cuerpo, a pesar de ser escurridiza como una sirena.
Podría dedicarme a llorar diciendo que... "intrépidos y salvajes mis ríos lacrimales buscan el cauce en mi cuerpo".
Pero no va a ser así, porque...
La noche es inmensa y me recuerda lo insignificante del ser humano,
me rebela la belleza de los claroscuros y de los colores la mezcla perfecta,
de lo relativo de la eternidad entre estrella y estrella.
Mis añoranzas y lamentos tienen fecha de caducidad,
brotando cual primavera en el momento de la impotencia,
y deshojando los por qués, poco a poco con meridiana claridad,
asimilando que no siempre se puede ganar.
Un criatura marina sin más no puede ser una Diosa,
aunque la vistamos con los ropajes de la mirada más amorosa,
sobremanera, cuando resbala entre nuestros deseos,
ya complacida, ya a nuestra complacencia ajena.
Las lágrimas nunca serán ríos,
ni salpicaduras de gotas de mar,
serán esa pena que nos sala,
ahogando nuestras ganas de gritar.
Y volveré a escribir sobre el amor,
con comparaciones, metáforas y ése "Ay, Dios".
que la ceguera es temporal en ese estado,
y mientras, cegado y enamorado, poco importa el desamor.
Jooo Simpli, qué tenga yo qué decirte éstooo!!
ResponderEliminarQue las sirenas son cuentos!..... que matan a los hombres con sus cantos, que tienen crisis existencial: medio pez, medio mujer????
Jajajaja
Y es claro querido amigo, lo importante al final es nunca olvidarse de amar. Ojalá pudiera yo expresarlo con tu minuciosa claridad.
ResponderEliminarCaerse y levantarse podria tomarse como un buen ejercicio sentimental no? un beso enorme y un hecharte de menos inmenso cuidate querido amigo.