Vaya esclavitud

Mira como suda el gato Casanova no sólo por el pelaje, 

sino porque le han puesto a limpiar todo el velamen, 

colgadito mira con tristeza que no se ve más que a la mar como princesa,

y es que en este velero cargado de provisiones,

al gato Casanova tomaron por polizonte.

Ay, gato Casanova, triste de ti,

no te dejaron en la bolsa un triste maravedí.

A la vela le siguieron, el babor y la popa,

estribor y proa, que es lo mismo que decir,

la izquierda, detrás, derecha y delante,

no hay minino. ni humano que tal paliza aguante.

Para colmo los marineros sin contemplación,

tiraban a posta el cubo lleno de agua sucia,

de la misma manera tiraban a contraviento,

los despojos de la comida sin miramientos.

Ya por la noche, reventadito y hambriento,

lo mandan a dormir con la tripa sin ningún alimento,

famélico se quedará el misino,

como no haga alarde de su ingenio fino.

Aunque ratas a su libre albedrío se paseaban,

el hocico ni siquiera meneaba,

su objetivo era un manjar exquisito olisqueado,

que en la bodega el capitán no había dejado.

Ay, gato Casanova, te veo venir,

quieres entrar en el camarote del capitán,

mas me temo, que sin trasquilones no has de salir.

Y vaya si salió el gato campeón,

con su jamón en la panza y el hueso,

bajo, de un marinero, el jergón,

que dicen que ríe con más ganas,

el que primero lloró.