El destino, con sus giros extraños,
recompensa de manera arbitraria,
da vueltas por naturaleza propia,
dejando a los demás tirados por los caminos.
Mira tú por donde,
parece toda una moda,
ser de buena familia,
estar un rato macizorra,
tener un trabajo excelso,
y de inteligencia,
ni te cuento.
Si los sujetadores elevan los senos,
si el bronceado no necesita al caribe,
si la sombra de ojos transforma en alegría,
(esa tristeza diaria que es su día a día)
en luceros de las mañanas frías.
¿Para qué quiero ver transformaciones desnaturalizadas?
¿para qué recorrer una espalda quemada o envejecida por una lámpara?
¿para qué una alegría falsa, si en mi sonrisa brilla la calma?
¿los luceros? todas las mañanas acuden a mi encuentro.
Así que dejo a mi despertar diario,
contemplar la belleza que a mi alrededor hallo,
compartir sonrisas con la gente como yo, sencilla,
y tratar de vivir con exquisitez cada segundo de mi vida.
Totalmente de acuerdo contigo, yo también me uno a la gente sencilla jajaja .
ResponderEliminarSigue siendo como eres. Adeu macu besos
Qué difícil es encontrar la calma, ser como se es y disfrutar de cada día, de cada segundo.
ResponderEliminarBesos.
Bellisimo poema, me encanto. Gracias por compartirlo.
ResponderEliminarMaria del Mar, desde Cuba