Cuantas veces de labios ajenos desenamorados, hemos escuchado
"No creo en el Amor, es cosa de soñadores innatos",
contradiré cada palabra con humor sano,
que los soñadores también tienen lucidez en lo mundano.
¿Quién te humilló? en público para más escarnio,
¿fue el Amor quién saboreó tus labios?,
pues piensa que el Amor siempre estuvo de tu lado.
Las palabras que te halagaban, endiosaban, hacían dulce de la vida los latigazos,
¿Las pronunciaba el Amor o quien buscaba regar el huerto de tu amor?
dale las vueltas que desees, pero te engañó el hombre no del Amor las exquisiteces.
De esta manera resumo,
que el Amor no es dañino ni superfluo,
que nos agarramos a un clavo ardiendo,
y cuando necesitamos ser amados,
cualquier palabra de un pasmarote,
nos causa desmayos.
Pero enamorarse del amor es bonito. O por lo menos convierte la vida en una enorme montaña rusa. Bromas a parte, he reflexionado últimamente y quizá lo que sucede es que buscamos un amor que no existe. El del cine, las series, las novelas rosas... En los que el autor o guionista se puede, de hecho se permite en hacer a los amantes perfectos el uno para el otro.
ResponderEliminarLa vida, aunque más sorprendente a veces que la propia literatura, nos trae personas, ni principes ni princesas de cuento. Personas con su forma de hacer las cosas, sus problemas de comunicación, sus historias personales, y con tantos fallos como nosotros mismos.
Hala. Beso.
El amor tiene montones de vertientes..
ResponderEliminarLástima que a veces, la gente se fije sólo en una y sin "humor".