Temperamento marcado a fuego por nacer,
carácter forjado entre luchas perdidas y ganadas,
crearon tu personalidad, nueva en cada amanecer,
así luces ante mis ojos y a través de insólitas miradas.
Te domaré, mas no con látigo y hiel,
ni arrastrándote por el fango,
ni con falsos "te amo" escritos en papel,
ni marcando tus errores a hierro y fuego.
Te domaré, queriendo caminar por el mismo sendero,
comprendiendo, negociando, viendo los defectos que en mi hacen estragos,
entendiendo que siendo mejor, somos más sinceros.
Te domaré, porque no sentirás la necesidad de ser indomable,
porque tu libertad no será una barrera infranqueable,
porque así lo decidiremos a cada instante.
No hay comentarios:
Publicar un comentario