Como suele suceder, el silencio de la noche trae antiguos fantasmas, miedos y frustraciones, alguna que otra ilusión y preguntas sobre los actos de uno mismo. A menos, claro, que la cortina de la cotidianidad (como suele suceder) no nos permita dedicarnos a las reflexiones. Tal es mi caso hoy, recuerdo...
Factura del agua 110,14 € por un consumo de 0 metros cúbicos. Hostia puta!!!. ¿El derecho a tener agua tiene un precio? ¿No es un bien necesario para la vida?.
Factura de la luz 78,42 € por un consumo de 36 Kw. Joder!!!!!!!!! . ¿Cuantas velas podría comprar con eso? Ah, no, que si provoco un incendio no sólo el seguro no paga si no que tengo que pagar la actuación de los bomberos... "Bla, bla, bla...". Vamos, que aproximadamente el 40% (pensando en positivo) son de impuestos, el 30% entre mano de obra y material manufacturado del resto de cosas o servicios que compramos, otro 20% de beneficios y el resto... "...es época de ahorrar... " me parece recordar decían en la radio. Si lo entiendo, hay que afrontar todos esos gastos, pero... ¿cuando podré disfrutar de vivir? ¿de ver una puesta de sol en las antípodas?¿de comerme un bocadillo de "salami" junto a los canales de Venezzia?, etc... "Con lo que ahorres o cuando te jubiles" (me parece oír una vocecita muy dentro) o sea, cuando mis ojos no puedan ver con nitidez, cuando mis rodillas no aguanten más de unos pocos minutos de soportar mi peso, cuando mis manos difícilmente puedan sujetarme a una barandilla para no caerme, o simplemente... que me dé un ataque de corazón de la alegría de haber conseguido llegar a la jubilación.
Como no tengo la solución (pero os aseguro que la he buscado muchas noches y todo me lleva al cataclismo de la anarquía); me entretendré pensando que mi todavía mujer entra a su amante a hurtadillas en la habitación marital que ya no compartimos (duermo justo en la habitación que queda inmediatamente debajo, cosas de que los "ahorros" no permitan otra situación), que los ruiditos que oigo se deben al crujir de las maderas del canapé... y así tendré la excusa para no enojarme con el GRAN DRAGÓN que es vivir en esta época y enfadarme conmigo mismo por no haber sabido hacer las cosas bien cuando tocaba (no me gusta el fútbol).
¡ Buenas noches cariño mio! - digo sin mucha convicción a mi angel de la guarda, cierro los ojos y esperaré que llegue la mañana.
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