Me siento, agotado de batallas de paz malparada,
de esfuerzos llenos de falsas esperanzas,
de sueños no rotos porque nunca vieron el alba,
mientras tanto, me siento, sin sentir nada.
Vacío, al menos eso pienso mientras sonrío,
vacío de tristezas, ahogadas en autoperdones,
vacío de engaños, a los que no doy paso por valdios,
vacío de apego por los recuerdos, aunque me guardo las sensaciones.
Me levanto, con el vacío a cuestas,
dispuesto a dejar las puertas abiertas,
lo bueno y lo malo son bienvenidos,
después de todo, eso es estar Vivo.
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