Una maldición no lanzada,
el recordar sin mucho esfuerzo las cosas pasadas,
perdonar siguiendo el camino,
como fantasmas lo acontecido sigue el rastro del sino.
Maleficio imposible de vadear pese al avance de los segundos,
a juegos lascivos imaginados o practicados,
a demonios convertidos en angeles,
acechan los recuerdos perdonados y los desdenes.
Presente el pasado se hace coherente el hoy,
libera a quien necesita el perdón para avanzar,
no te olvides de perdonarte para caminar.
Que no es maldición ni maleficio el recordar,
¿cómo si no no volverás a fracasar?
Si no es recordando los errores que no debes volver a realizar.
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