El espejo del alma, los ojos,
mientras del estado el reflejo son las miradas,
en ocasiones con sonrisas enmarcadas,
sinceras, o envenenadas.
No se puede disimular una mirada enamorada,
atormentada o de dudas impregnada.
Brillante, alegre,fija en los detalles,
sumada a labios carmesíes por la sangre,
esconden deseo y esperanza por el cuerpo.
Reluciente, nacarada, focalizando la nada,
y una media luna blanca aparentando calma,
en la comisura la punta de una lanza.
Gotas de lluvia mojando una luna oscura,
media sonrisa apretando las teclas
de un piano inmisericordemente silencioso.
Paraiso envuelto en neblinas,
capaces de ocultar, disimular, anticipar,
emociones que en las miradas,
sólo puedes adivinar.
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