Todavía recuerdas que no existían cinco minutos más en la cama,
que había que desayunar, lavarse la cara,
preparar la cartera, ponerse la bata.
Y si había un abuson, el profesor tenía autoridad,
y si no, dos o tres las cuarenta le solíamos cantar.
Menuda sociedad de Idiotas, si Idiotas,
que jalean cuaquier imbecilidad,
mientras logren un "like", un me gusta,
y no le esperen en la esquina una ostia o dos.
Si el abusón es el Gobierno imponiendo impuestos,
no es motivo de discusión,
que lo hacen por bien nuestro,
por la seguridad, la sanidad, las pensiones o la educación;
y poco importa si el dinero se va en tonterías,
seguirán las listas de espera, los embargos, las deudas,
que son la excusa perfecta para subir los impuestos a espuertas.
Sociedad del Espejismo, donde uno se puede sentir unicornio,
mujerhombre, y a las criaturas se les dan las riendas.
Y por no alargarme, no me hundo en la Espiral,
que aunque poderoso es Don Dinero, que escribió Quevedo,
todo irá bien para mi, mientras no me toquen un pelo.
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