Creo en el Amor,
incluso cuando no tengo el calor de un cuerpo que me lo transmita,
cuando en la soledad me cuento en voz alta mis cosillas,
atravesando el espejismo de otrora la que fue mi vida.
Creo en el Amor,
a pesar de silenciar mis pensamientos entre los truenos,
pudiendo convertirlos en palabras emborronadas,
sosteniendo los hechos como sueños,
y los besos, esos perdidos en la almohada.
Creo en el Amor,
buscando caminos, ya sea largos o usando atajos,
siendo los malentendidos un puñado de harapos,
encontrando caminante con quien disfrutar del paseo,
entre sonrisas y llantos, de alegría por lo que nos es dado.
Creo en el Amor,
¿Me lo ofrecerás tú?
¿Compartirás lo que no te atreves a verbalizar?
¿O dejarás que el silencio incómodo se vuelva Huracán?.
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