3/4/20

Reto... 3 Palabras, 4 Poemas. Corona/Hogar/Solidaridad

Hogar

Soy de la generación de la familia frente al televisor.
De comidas todos en la mesa,
hablando mientras se prepara la pitanza,
donde había gritos, besos y chanzas.

Este encierro es una buena oportunidad,
de mirar a los ojos a Papá y Mamá,
de enfadarte con tu hermana por una nimiedad,
para más tarde perdonarnos,
es parte esencial de la humanidad.

La cosa no acaba aquí,
conocer los gustos, los sueños,
revelar los problemas a oídos sinceros,
a quienes no te han de juzgar,
pues para ti quieren lo mejor,
te lo puedo asegurar.

A ratos habrán llantos, enfados,
incluso ruido al romper los platos,
todos tenemos derecho a enfadarnos,
y es en el Hogar, donde a los pocos minutos,
todo queda olvidado.

Así, aprovechad padres e hijos,
da igual la edad, el gusto sexual elegido,
que vivir es un visto y no visto,
y a quienes se ama, nunca se da por perdidos.

Solidaridad

¿Quién necesita normas, multas o bofetadas dialécticas?
Cuando se tiene enfrente la pena,
sale del interior la solidaridad,
a veces extrema.

Y aquí no tienen que ver los sexos,
las personas, todas, tienen seso;
tiene que ver la vocación,
la catadura moral y la convicción.

Que todos somos necesarios,
desde el barrendero al sanitario,
y de los políticos, al menos hoy, mejor no hablemos.

Aunque, qué demonios, sí he de hablar,
que ni vocación ni convicción por la solidaridad,
les mueve el vil metal.

Si no, dime...
¿No tienen un colchón monetario?
¿Qué hacen cobrando hoy del erario?
Mientras el más corriente de los mortales,
aporta su esfuerzo en material,
o trabajo que no ha de cobrar,
incluso en completa solidaridad,
arriesga su salud, sin más.

Solidaridad. Sólido. Compacto,
(todos a una o nos vamos al carajo)

Déjense de rencores,
que la Solidaridad empieza en casa,
si hemos de apretarnos el cinturón,
den ejemplo, no usen correa usen un cordón.

Que sí, que ya sabemos que Poderoso Caballero es Don Dinero,
pero señores míos, eran otros tiempos.

No basta con cambiar la decoración,
que si los marranos habitan cuadras,
cuadras son.

No tengo espacio para enumerar,
millones de muestras de Solidaridad,
eso sí, en el pueblo llano,
y en algún que otro, de buen corazón, empresario.

Tienen tiempo para pensar, 
pero poco o en las narices les ha de estallar.

Solidaridad. Sólido. Compacto.
(todos a una o nos vamos al carajo).

Corona (1)

Corona regia intentando apaciguar las aguas,
Corona electa llenando sus arcas,
Corona bichejo que a la muerte ensalza.

Un bichejo que no vemos,
saca las más grandes miserías,
los más grandes desvelos.

Siendo su naturaleza una,
busca víctimas, pero las calles están a oscuras.

Corona, tú, a los electos dándoles credibilidad,
eso sí, si no son los opuestos,
aunque debieran remar a una,
coronitas de autonomías se mofan de las medidas.

¡Que Locura!

Mientras hoy más que nunca,
las palabras se las lleva el viento,
no es culpa del Corona,
si no de quienes nos van dirigiendo.

Que el pueblo llano vive de la esperanza,
que se conforma con pan y circo,
que de viejos quieren rememorar,
da igual si fueron almas nobles o cretinos.

Y he aquí que llegando el día después,
con todos de rodillas,
por cansancio,
por el alma partida.

No te entristezcas,
no nades en la culpa,
busca tu Corona, la de ser persona,
y rinde cuentas,
pero antes, pide cabezas,
que el valor del ser humano es poco en dinero,
más como compañero,
al cielo o al averno... No tiene precio.

Corona (2)

(Pretendí que fuese alegre, pero me salió agridulce.)

Riamos, cantemos, poeticemos,
no le demos gusto al bichejo,
vernos cabizbajos o deshechos.
Que su corona es de azúcar,
como miles de melosos en el día a día encontráis.

Que las medidas son mentiras,
ni exoneración, ni préstamos a bajo interés, ni protección,
que todo son hermosas palabritas,
y al igual Que la Corona del virus... son azuquita.

Las coronas electas tienen colchón.
la gente de a pie debe ponerle corazón,
pregúntome que les motiva,
la devoción o del oro el color?
Que son coronas de una gran guerrilla,
no dueños y señores de toda vida,
si no me creen, señores,
miren al Corona, que no les evita.



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