Un largo o corto sendero,
ni el destino ni el Universo lo conocen,
chispitas de vida correteando,
pensando, sonriendo, llorando y bailando.
Caminando bajo el mismo techo,
nos apetece la compañía o tal vez es sólo rutina,
queremos amarnos de reojo las horas pasando,
no somos conscientes de la mortalidad el manto.
Así que vente porque quieres,
no porque llore o patalee,
porque nos unan criaturas,
que de indefensas nos llevan a la locura.
Vete si no los has entendido,
porque estás harta o por puro capricho,
recordarás los años vividos o los dejarás en el olvido,
es tu decisión que sea o no un desconocido.
¿Qué más da?
La conciencia, tristeza, sorpresa y alegría,,
son capas de uno en exclusiva,
que se comparten o se guardan de por vida.
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