¿Qué tal si nos bañamos en los recuerdos?
Sintamos la misma frescura de otros tiempos,
dejemos que nos seduzcan aquellas juveniles miradas,
que vemos a través de las arrugas ganadas.
Disfruta en primera persona las risas,
los bailes, las alegrías,
mas toma perspectiva ante lo malo acontecido,
sin sentir malestar y viendo que algo has aprendido.
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